La reproducción es la fuerza primaria, el fenómeno omnipresente que ha maravillado a la humanidad desde sus albores. La vida, su origen, o más bien su inagotable continuidad, tiene un capítulo reservado en cada cultura permeando hacia cada aspecto de la vida diaria, incluida por supuesto, la medicina.
Tratándose de la Medicina Tradicional China (MTC), la fisiología de la reproducción descansa sobre un sincrónico y concertado equilibrio entre varios actores dentro de un paradigma que, a primera vista puede parecer irreconciliable con el nuestro, pero que una lectura detenida nos permite vincular creando un interesante paralelo abriendo las posibilidades a una cooperación mutua.
Según los fundamentos de la MTC, el Qi – la energía vital – y el Xue – la sangre- circulan idealmente sin obstáculos a través de un complejo circuito interconectado de canales que se extienden hasta cada rincón del organismo integrando arriba-abajo y exterior-interior. Estos canales, denominados meridianos, describen un recorrido interno, en virtud del cual se vinculan con los órganos – zang – y con las entrañas – fu –, y un recorrido externo en el que presentan zonas o puntos - puntos acupunturales - en los que su energía aflora hacia el exterior y gracias a cuya estimulación es posible ejercer funciones reguladoras no sólo a lo largo de su trayecto, sino que también a nivel de los órganos con los que conectan permitiendo la prevención y el tratamiento de una gran cantidad de enfermedades. Dentro de las técnicas de estimulación de puntos encontramos la punción con agujas – Acupuntura -, estimulación mediante calor – Moxibustión -, electricidad – Electroacupuntura -, masajes – Tui Na -, etc.
Concibiendo el cuerpo como una unidad interconectada, es el actuar conjunto de la totalidad de sus integrantes y elementos, un delicado equilibrio basado en sistemas de promoción y control mutuos, lo que permite el normal desenvolvimiento de todas sus funciones vitales. No obstante, en este actuar cooperativo cada ciclo y/o función fisiológica presenta sus respectivos protagonistas, sin que por ello olvidemos el importante rol asistente de los demás elementos.
Teniendo en cuenta lo anterior, nos referiremos brevemente a los principales responsables de la salud reproductiva:
EL CORAZÓN – XIN – EL EMPERADOR
Reconocido como la morada del Shen – el espíritu, el alma conciente – el corazón desde la perspectiva de la MTC desborda las funciones propias del órgano físico para comandar y ordenar el armónico funcionamiento de los demás órganos y entrañas. En consecuencia, bajo el concepto de corazón la MTC incluye funciones de adaptación y coordinación propias del sistema nervioso central (SNC) y endocrino. Desde este punto de vista, la producción de LH y FSH por parte de la hipófisis y coordinada por el hipotálamo, se encuentran dentro de las funciones reguladoras del Shen, el espíritu atesorado en el corazón, equivalente al director de la orquesta.
LOS RIÑONES – SHÈN – SANTUARIO DE LA ENERGÍA CONGÉNITA
Responsables de gobernar la reproducción y palacio del Yuan Qi – la energía congénita heredada de nuestros padres al momento de la concepción y nutrida constantemente por la energía obtenida de los alimentos y la respiración - , los riñones en MTC se relacionan, gracias a su energía yin, con la producción de estrógenos, la creación de las condiciones requeridas para el desarrollo del ovocito y con los cambios que preparan a los órganos reproductivos para ovulación y fecundación. Por otra parte, la energía yang de los riñones se vincula a la producción de progesterona y modificaciones como el aumento de la temperatura corporal y otras ocurridas durante la segunda etapa del ciclo menstrual. Asimismo, la implantación del blastocito depende directamente de la energía yang de los riñones.
Otra función importante que la MTC asigna a los riñones es la producción de la médula, lo que propone un rol asociado al correcto funcionamiento del Shen, que como señalamos anteriormente, abarca funciones propias del SNC. El cerebro en MTC, concepto amplio que contiene otras estructuras del encéfalo, es el mar de la médula y en consecuencia su buen funcionamiento se vincula, a lo menos en parte, al adecuado trabajo energético de los riñones.
LA ESENCIA – JING – TESTIMONIO DE LA VIDA
Considerada como la esencia reproductiva conservada en los riñones, el jing es la sustancia fundamental que nos transmiten nuestros padres y determina nuestras características genéticas. Su abundancia incrementa la fertilidad, contribuye a la longevidad y es responsable de la constitución del individuo así como del normal desarrollo de los órganos y caracteres sexuales durante su crecimiento. Equivalente a los gametos y a la información genética contenida en el ADN, la transmisión de un jing disminuido por parte de nuestros padres puede verse reflejado en dificultades tales como desarrollo tardío, constitución débil o trastornos de la función reproductiva.
EL ÚTERO – BAO GONG – LA ENVOLTURA DEL FETO
Considerado dentro de la categoría de entraña curiosa debido a sus características morfológicas y funcionales, el útero en MTC incluye otras estructuras adyacentes como tubas uterinas y ovarios. Su funciones principales son las de regularizar las menstruaciones, así como permitir el mantenimiento y desarrollo del feto. Para esto se vincula con los demás órganos a través de los meridianos Ren y Chong, obteniendo lo necesario para cumplir adecuadamente sus funciones.
LOS MERIDIANOS – MAI – LAS VÍAS DE LA ENERGÍA
Debido a su localización anatómica, dos son los meridianos directamente involucrados en la reproducción, así como en la nutrición y manutención del producto luego de la concepción. Ambos pertenecientes a la categoría de meridianos extraordinarios, responsables de regular el Qi-Xue en los meridianos principales, el Ren Mai – vaso concepción – y el Chong Mai – el mar de los 12 meridianos, los 5 órganos, las 6 entrañas y de la sangre – se originan en la zona denominada Dan Tian, bajo los riñones, atravesando durante su recorrido los órganos reproductivos, regularizándolos y nutriéndolos.
Como consecuencia de lo anterior, cualquier anomalía en el flujo energético del Ren Mai o del Chong Mai puede reflejarse en la pérdida o disminución de la capacidad reproductiva, siendo su normalización un principio de tratamiento fundamental en las patologías ginecológicas tratadas mediante acupuntura.
Sumado a todo lo dicho hasta ahora, cabe destacar el importante rol que cumplen además el Hígado – Gan – responsable de controlar las menstruaciones, almacenar la sangre y gobernar el Qi Ji – movimientos de entrada, salida, ascenso y descenso de la energía vital, impidiendo su estancamiento – y el sistema de transformación energética conformado por el binomio Bazo – Pi – y Estómago – Wei -, cuya labor es indispensable en la transformación y extracción de la energía quintaesencial proveniente de los alimentos y que, circulando junto con la sangre, cumplirá labores fundamentales de nutrición sosteniendo las funciones vitales.
Frente a este escenario, como hemos visto conformado por numerosos actores, cualquier desequilibrio que altere la sutil armonía entre éstos puede traducirse en patologías vinculadas a trastornos en el ciclo menstrual, hasta la disminución o pérdida de las funciones reproductivas. Por lo anterior es que resulta fundamental dentro del proceso terapéutico realizar un diagnóstico acertado acerca de la causas, siempre de conformidad a los principios de la MTC, que permitan realizar la más adecuada selección de puntos acupunturales para abordar el desequilibrio desde sus orígenes. Un tratamiento adecuado puede llegar a corregir el problema inclusive devolviendo la capacidad reproductiva a la paciente, por lo que el entrenamiento adecuado del acupunturista es esencial para la obtención de los resultados esperados.
Entre las causas de infertilidad tradicionalmente reconocidas por la MTC podemos hacer una diferenciación entre aquellas relacionadas con la ovulación y aquellas vinculadas a la implantación. Entre las primeras se encuentran la deficiencia de energía yin de los riñones, estancamiento del Qi del corazón, estancamiento del Qi de Hígado, estancamiento de Xue y acumulación patológica de flema-humedad. Dentro de la segunda categoría se incluyen la deficiencia de energía yang de los riñones, estancamiento del Qi de Hígado, estancamiento de Xue, acumulación patológica de flema-humedad y deficiencia de energía yang de los riñones acompañada por deficiencia de Qi de Bazo. Naturalmente, cada una de ellas presenta un cuadro de síntomas y signos característico, encontrándonos en ocasiones con la concurrencia de 2 o más causas relacionadas. Los principios de tratamiento, así como la receta de puntos más adecuada según el caso, son siempre determinadas a partir de las necesidades específicas de cada paciente y buscan como objetivo final corregir el problema desde sus inicios. Importante es en el curso del tratamiento la inclusión de otros elementos que, potenciando el tratamiento acupuntural, promuevan cambios desde el interior. Este es el caso, por ejemplo, de la dietoterapia y la fitoterapia.
Finalmente, y en conclusión, a pesar de las diferencias evidentes entre el paradigma propuesto por la MTC y el impuesto por la medicina occidental convencional que impiden establecer equivalencias directas, sí es posible establecer un paralelo que permita ampliar los espacios de inclusión, todo siempre en beneficio de los pacientes.
La MTC propone una concepción del ser humano basado en la interdependencia e interrelación de sus elementos constituyentes – un microcosmos – en estrecha vinculación con el entorno que le rodea – el macrocosmos – siendo uno parte del otro y viceversa, respondiendo ambos a los mismos ciclos y leyes. Una observación aguda nos permite deducir que ambas medicinas no se encuentran alejadas, sino más cercanas que nunca. Después de todo, no debemos olvidar que “Hay una circulación común, una respiración común. Todas las cosas están relacionadas.” (Hipócrates).
afectuosamente,
gianfranco maggiolo aguirre
www.acupunturachina.cl
Tratándose de la Medicina Tradicional China (MTC), la fisiología de la reproducción descansa sobre un sincrónico y concertado equilibrio entre varios actores dentro de un paradigma que, a primera vista puede parecer irreconciliable con el nuestro, pero que una lectura detenida nos permite vincular creando un interesante paralelo abriendo las posibilidades a una cooperación mutua.
Según los fundamentos de la MTC, el Qi – la energía vital – y el Xue – la sangre- circulan idealmente sin obstáculos a través de un complejo circuito interconectado de canales que se extienden hasta cada rincón del organismo integrando arriba-abajo y exterior-interior. Estos canales, denominados meridianos, describen un recorrido interno, en virtud del cual se vinculan con los órganos – zang – y con las entrañas – fu –, y un recorrido externo en el que presentan zonas o puntos - puntos acupunturales - en los que su energía aflora hacia el exterior y gracias a cuya estimulación es posible ejercer funciones reguladoras no sólo a lo largo de su trayecto, sino que también a nivel de los órganos con los que conectan permitiendo la prevención y el tratamiento de una gran cantidad de enfermedades. Dentro de las técnicas de estimulación de puntos encontramos la punción con agujas – Acupuntura -, estimulación mediante calor – Moxibustión -, electricidad – Electroacupuntura -, masajes – Tui Na -, etc.
Concibiendo el cuerpo como una unidad interconectada, es el actuar conjunto de la totalidad de sus integrantes y elementos, un delicado equilibrio basado en sistemas de promoción y control mutuos, lo que permite el normal desenvolvimiento de todas sus funciones vitales. No obstante, en este actuar cooperativo cada ciclo y/o función fisiológica presenta sus respectivos protagonistas, sin que por ello olvidemos el importante rol asistente de los demás elementos.
Teniendo en cuenta lo anterior, nos referiremos brevemente a los principales responsables de la salud reproductiva:
EL CORAZÓN – XIN – EL EMPERADOR
Reconocido como la morada del Shen – el espíritu, el alma conciente – el corazón desde la perspectiva de la MTC desborda las funciones propias del órgano físico para comandar y ordenar el armónico funcionamiento de los demás órganos y entrañas. En consecuencia, bajo el concepto de corazón la MTC incluye funciones de adaptación y coordinación propias del sistema nervioso central (SNC) y endocrino. Desde este punto de vista, la producción de LH y FSH por parte de la hipófisis y coordinada por el hipotálamo, se encuentran dentro de las funciones reguladoras del Shen, el espíritu atesorado en el corazón, equivalente al director de la orquesta.
LOS RIÑONES – SHÈN – SANTUARIO DE LA ENERGÍA CONGÉNITA
Responsables de gobernar la reproducción y palacio del Yuan Qi – la energía congénita heredada de nuestros padres al momento de la concepción y nutrida constantemente por la energía obtenida de los alimentos y la respiración - , los riñones en MTC se relacionan, gracias a su energía yin, con la producción de estrógenos, la creación de las condiciones requeridas para el desarrollo del ovocito y con los cambios que preparan a los órganos reproductivos para ovulación y fecundación. Por otra parte, la energía yang de los riñones se vincula a la producción de progesterona y modificaciones como el aumento de la temperatura corporal y otras ocurridas durante la segunda etapa del ciclo menstrual. Asimismo, la implantación del blastocito depende directamente de la energía yang de los riñones.
Otra función importante que la MTC asigna a los riñones es la producción de la médula, lo que propone un rol asociado al correcto funcionamiento del Shen, que como señalamos anteriormente, abarca funciones propias del SNC. El cerebro en MTC, concepto amplio que contiene otras estructuras del encéfalo, es el mar de la médula y en consecuencia su buen funcionamiento se vincula, a lo menos en parte, al adecuado trabajo energético de los riñones.
LA ESENCIA – JING – TESTIMONIO DE LA VIDA
Considerada como la esencia reproductiva conservada en los riñones, el jing es la sustancia fundamental que nos transmiten nuestros padres y determina nuestras características genéticas. Su abundancia incrementa la fertilidad, contribuye a la longevidad y es responsable de la constitución del individuo así como del normal desarrollo de los órganos y caracteres sexuales durante su crecimiento. Equivalente a los gametos y a la información genética contenida en el ADN, la transmisión de un jing disminuido por parte de nuestros padres puede verse reflejado en dificultades tales como desarrollo tardío, constitución débil o trastornos de la función reproductiva.
EL ÚTERO – BAO GONG – LA ENVOLTURA DEL FETO
Considerado dentro de la categoría de entraña curiosa debido a sus características morfológicas y funcionales, el útero en MTC incluye otras estructuras adyacentes como tubas uterinas y ovarios. Su funciones principales son las de regularizar las menstruaciones, así como permitir el mantenimiento y desarrollo del feto. Para esto se vincula con los demás órganos a través de los meridianos Ren y Chong, obteniendo lo necesario para cumplir adecuadamente sus funciones.
LOS MERIDIANOS – MAI – LAS VÍAS DE LA ENERGÍA
Como consecuencia de lo anterior, cualquier anomalía en el flujo energético del Ren Mai o del Chong Mai puede reflejarse en la pérdida o disminución de la capacidad reproductiva, siendo su normalización un principio de tratamiento fundamental en las patologías ginecológicas tratadas mediante acupuntura.
Sumado a todo lo dicho hasta ahora, cabe destacar el importante rol que cumplen además el Hígado – Gan – responsable de controlar las menstruaciones, almacenar la sangre y gobernar el Qi Ji – movimientos de entrada, salida, ascenso y descenso de la energía vital, impidiendo su estancamiento – y el sistema de transformación energética conformado por el binomio Bazo – Pi – y Estómago – Wei -, cuya labor es indispensable en la transformación y extracción de la energía quintaesencial proveniente de los alimentos y que, circulando junto con la sangre, cumplirá labores fundamentales de nutrición sosteniendo las funciones vitales.
Frente a este escenario, como hemos visto conformado por numerosos actores, cualquier desequilibrio que altere la sutil armonía entre éstos puede traducirse en patologías vinculadas a trastornos en el ciclo menstrual, hasta la disminución o pérdida de las funciones reproductivas. Por lo anterior es que resulta fundamental dentro del proceso terapéutico realizar un diagnóstico acertado acerca de la causas, siempre de conformidad a los principios de la MTC, que permitan realizar la más adecuada selección de puntos acupunturales para abordar el desequilibrio desde sus orígenes. Un tratamiento adecuado puede llegar a corregir el problema inclusive devolviendo la capacidad reproductiva a la paciente, por lo que el entrenamiento adecuado del acupunturista es esencial para la obtención de los resultados esperados.
Entre las causas de infertilidad tradicionalmente reconocidas por la MTC podemos hacer una diferenciación entre aquellas relacionadas con la ovulación y aquellas vinculadas a la implantación. Entre las primeras se encuentran la deficiencia de energía yin de los riñones, estancamiento del Qi del corazón, estancamiento del Qi de Hígado, estancamiento de Xue y acumulación patológica de flema-humedad. Dentro de la segunda categoría se incluyen la deficiencia de energía yang de los riñones, estancamiento del Qi de Hígado, estancamiento de Xue, acumulación patológica de flema-humedad y deficiencia de energía yang de los riñones acompañada por deficiencia de Qi de Bazo. Naturalmente, cada una de ellas presenta un cuadro de síntomas y signos característico, encontrándonos en ocasiones con la concurrencia de 2 o más causas relacionadas. Los principios de tratamiento, así como la receta de puntos más adecuada según el caso, son siempre determinadas a partir de las necesidades específicas de cada paciente y buscan como objetivo final corregir el problema desde sus inicios. Importante es en el curso del tratamiento la inclusión de otros elementos que, potenciando el tratamiento acupuntural, promuevan cambios desde el interior. Este es el caso, por ejemplo, de la dietoterapia y la fitoterapia.
Finalmente, y en conclusión, a pesar de las diferencias evidentes entre el paradigma propuesto por la MTC y el impuesto por la medicina occidental convencional que impiden establecer equivalencias directas, sí es posible establecer un paralelo que permita ampliar los espacios de inclusión, todo siempre en beneficio de los pacientes.
La MTC propone una concepción del ser humano basado en la interdependencia e interrelación de sus elementos constituyentes – un microcosmos – en estrecha vinculación con el entorno que le rodea – el macrocosmos – siendo uno parte del otro y viceversa, respondiendo ambos a los mismos ciclos y leyes. Una observación aguda nos permite deducir que ambas medicinas no se encuentran alejadas, sino más cercanas que nunca. Después de todo, no debemos olvidar que “Hay una circulación común, una respiración común. Todas las cosas están relacionadas.” (Hipócrates).
afectuosamente,
gianfranco maggiolo aguirre
www.acupunturachina.cl
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1 comentarios:
Que lindo como expresas nuestro maravilloso y complejo sistema, cuando lo leí, me sentí muy agradecida de ser mujer ya que independiente de los males que nos aquejan y lo complicado que nos resultan nuestras danzas hormonales, valoro ver que nuestro cuerpo sea una máquina mágica y maravillosa creadora de vida que debemos cuidar en todos los aspectos, para así entregar lo mejor de nosotras a este mundo.
Cariños y paz para todos y en especial al editor a quien amo !! ;) Vanesa Pino.
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